Holaaa muy buenos días! Sé que esta semana no os hemos
traído nada, pero estamos preparando a los ganadores del último sorteo que
hicimos y yo ando algo malita, lo que tiene el cambio de tiempo. Pero poco a
poco os iré trayendo las reseñas que os tengo preparadas.
Hoy os voy a hablar de una novela con la que he
disfrutado muchísimo. Es el último trabajo de Cristina Prada, Las noches en las que
el cielo era de color naranja. La portada me enamoró a primera vista y
el título me cautivó así que supe que tenía que ser mí y que tenía que conocer
la historia.
¿Empezamos?
TÍTULO:
Las
noches en las que el cielo era de color naranja
AUTORA: Cristina Prada
EDITORIAL:
Planeta
SELLO: Esencia
PÁGINAS:
405
PRECIO:
14,90€
Sophie Silver es una chica normal que lleva una vida de lo más normal. Trabaja como camarera, pero su ilusión es ver publicada su primera novela. Lo más emocionante de su día a día lo protagoniza su amiga Sarah, quien acaba de recibir una beca de periodismo para marcharse a Kosovo, un país que, en pleno 2008, tiene mucho que contar.
Reese Montolivo, el chico del millón de dólares de la cadena de televisión ABC, ha visto demasiadas cosas que le impiden sentirse bien consigo mismo. Es arisco, arrogante, exigente y está desencantado del mundo. Ésa es su fachada y, aunque muchas chicas se empeñen en creer lo contrario, no hay nada más.
Cuando las cosas se tuercen para Sophie en Nueva York, decide empezar de cero y viajar hasta Kosovo con Sarah, sin imaginar todo lo que encontrará allí.
Sophie y Reese jamás sospecharon cuánto cambiarían sus vidas el día en que se encontraron por casualidad en Bryant Park. Ambos lucharán, sufrirán, reirán y tomarán las decisiones más difíciles de sus vidas. Todo por el sexo más increíble, salvaje y adictivo que hayan experimentado jamás. Todo por una historia de amor que los marcará para siempre. Todo en las noches en las que el cielo era de color naranja.
Sophie Silver está en una nube, está a
punto de cumplir sus sueños, es escritora y ama lo que hace y parece que pronto
le publicarán su novela. Es una joven de 26 años, soñadora, alegre, que se hace
querer enseguida, algo ingenua pero muy tenaz que lucha por lo que quiere y con
el tiempo iremos descubriendo también su valentía.
Un día se cruza en su camino un hombre que le trastocará
todo su mundo. Y después de un par de encuentros no puede dejar de pensar en
él. Reese es alguien tan arrogante, creído, y
con un ego enorme, aunque guapo a rabiar todo hay que decirlo, y Sophie intuye que cuanto más lejos esté de él
mejor parada saldrá. Pero un día todo se tuerce, sus sueños se evaporan y un
día que iba a ser perfecto deja de serlo. Lejos de desmoronarse decide coger el
toro por las cuerdas y hace una locura, comprar un billete de avión hacia
Kosovo, país al que se fue su mejor amiga Sasha a trabajar como reportera, e
intentar vivir las suficientes aventuras para su próxima novela y también de
paso poder dejar de pensar en Reese porque no hay ninguna posibilidad de que vuelvan a
verse, ¿verdad?
Reese Montolivo es
un reportero de guerra refutado, todos los programas se lo rifan, apodado el
chico del millón de dólares, egocéntrico, frío y muy reservado. También guapo y
sexy como el infierno (como toooodos los hombres de Cristina las cosas como
son, y que adoro, por cierto). Es el mejor en lo que hace de eso no hay duda. Y
aunque al principio quieras odiarlo y darle dos tortas con el tiempo vemos y
entendemos porque es como es. Lo que iba a ser una caminata habitual por el
parque se convierto en el epicentro del vaivén que será su vida, porque unos
instantes bastan para que al fijarse en esa joven que desprende vitalidad e inocencia
sepa que su vida no volverá a ser la misma.
Sophie llega a Kosovo con la idea de vivir aventuras,
pero lo que allí se encuentra la deja descolocada. Y el reencontrarse con Reese tampoco ayuda. Por parte del reportero lo
último que esperaba era encontrarse con ella allí y deja claro que quiere que
vuelva a Nueva York cuanto antes.
Su historia
irá evolucionando poco a poco, Reese será quien más trabas ponga y volverá loca a Sophie en más de un sentido. He querido darles dos
tortas a ambos en varios momentos, pero poco a poco al igual que ellos mismos
vamos descubriendo como son, y sobre todo porque actúan como actúan. Sophie vivirá este viaje como una historia, Kosovo
se le meterá dentro y le ensañará lo que
el mundo no quiere contar, como es
vivir en sus calles, lo bueno y lo malo, y ella tiene claro que al acabar
no será la misma chica que dejó Nueva York con sus sueños rotos, la ciudad, sus gentes, su historia y los
amigos que hará le enseñarán
como a veces debemos quitarnos la venda
de los ojos para poder ver la realidad y el mundo que nos rodea, que no
todo siempre es color de rosa pero que si en
algún rincón queda algo de esperanza y de lucha, esa chispa será la que haga
que todo cambie, que vivir la vida día a día valga la pena.
Había oído hablar de ese monumento, pero nunca lo había visto. Es espectacular. Siete letras mayúsculas de al menos tres metros de alto y de un maravilloso color amarillo forman la palabra “Newborn”. Es sencillo, pero en absoluto simple. Está cargado de fuerza. Un perfecto alegato al mundo. Boquiabierta, doy un paso adelante y Reese me suelta la mano sin dejar de observarme.-Lo inauguraron a principios de este año-me explica-. El 17 de febrero fue todo un acontecimiento.Me acerco hacia las inmensas letras sin dejar de contemplarlas. Están llenos de mensajes escritos a mano. Las palabras que más se repiten son libertad, paz e independencia. Creo que va a gustarme este lugar{…}-Esa misma noche repartieron rotuladores permanentes entre todos los asistentes para que cada uno pudiese dejar su mensaje, y ahora cualquiera puede hacerlo. -añade -Es precioso-pronuncio sin asomo de dudas-. Creo que es el monumento con más sentido que he visto nunca
Reese sabe lo que es la guerra.
Cómo sin pedir permiso, te coge y te
despoja de todo lo que tienes, de todo lo que eres. Como a veces la
situación no te deja otra opción que rendirte, que dejar de luchar y cerrar los
ojos. Y es que él no ha parado por intentar que se vea esa realidad, que la
gente pueda despertar de una vez y ver qué es lo que realmente ocurre y las
vidas que se están perdiendo. Pero el tiempo y la guerra hicieron que perdiese
la fe, al menos hasta que conoce a Sophie ella
será quien le quite la venda y le dé ganas de seguir luchando, y él será el
encargado de mostrarle esa ciudad, ese país que a pesar de todo lo que ha
pasado y aún pasa, puede ser el escenario de la mejor historia que se haya
contado jamás.
El estruendo se repite y me doy cuenta que no me han despertado las bombas, sino el ruido de los aviones que las lanzan. El cielo se tiñe de naranja, casi violeta, y es extrañamente intenso, incluso bonito.
En este lugar todo es negro o blanco a la vez. Recuerdo a los niños jugando a las damas y la explosión que vino después. Son dos caras de una moneda que hace milagrosos equilibrios por mantenerse de canto.
Me asusta pensar de qué lado caerá.
Gracias a Cristina, a su pluma y a su estilo propio al escribir he podido sentirme parte de ella, de caminar por las calles de Pristina, Mitrovica… empaparme de su historia. La verdad es que es de admirar la forma en que ha conseguido transmitir todas las emociones, las vivencias, las injusticias, los sueños y las esperanzas de un país en un momento duro. Mostrarnos cosas que por desgracias hoy en día ignoramos, o no nos preocupan demasiado porque “nos pilla lejos”. Las consecuencias de una guerra, aunque haya acabado o este por acabar no solo afectan a las personas que las sufren, familias rotas, perdidas, casas, monumentos destruidos… vidas arrebatadas más allá de si mueren o no, nadie vuelve a ser el mismo. Y esto está pasando en muchos lugares hoy en día y se debería de dar la verdadera importancia que tiene.
Y no puedo acabar sin mencionar a los secundarios. Si es cierto que la
historia es de Reese y Sophie pero el resto de personajes también van aportando su
granito de arena y se te meten en el corazón. Personalmente me han encantado
tanto Sasha la mejor amiga de Sophie, su
complicidad, su hermosa amistad, que está allí por si la necesita ya sea para
reír o para ponerse a cantar encima de una mesa por penas del corazón. Y destacar
también a Milo, a mí me ha robado el corazón. La pena y la rabia que
siente por todo lo que ha vivido y vive su país, pero a raíz de eso resurge esa
fuerza y esas ganas de ayudar a quién lo necesita me conmovieron y su historia
aún más.
Con Reese y con Sophie viviremos un sube y baja de emociones. Amor-odio-amor
y sobre todo en los últimos capítulos os dejará con el corazón en un puño. Me
ha gustado mucho los dos últimos capítulos narrados por Reese ya que nos
permite conocer y saber mejor que piensa y que siente. El resto los narra
Sophie, pero como os he comentado es como si el lector fuera parte de la
historia.
Las noches que el cielo era de color naranja es más que una novela romántica. Es un recorrido por un país que ha vivido una guerra, donde la paz es efímera y que tiene tanto por contar, si tan solo lo escucháramos. Es un grito a la vida, a que seamos capaces de quitarnos las vendas que no nos dejan ver lo que en verdad ocurre, y un grito a la esperanza.
PUNTUACIÓN: (5/5)
Me lo acabo de terminar hace un par de días y yo esperaba mucho más 😓...en muchos momentos (por no decir en la mayoría) sentía que leía la historia de los primos-hermanos de Christian Grey y Anastasia Steele. A mi me gustan que las protagonistas tengan más personalidad y que no sean tan sumisas.
ResponderEliminarSaludos!
Pues mira que se me está antojando, vamos a ver si me animo, que ando con mucho trabajo pendiente.
ResponderEliminarUn saludo
cdc
Hola, preciosa
ResponderEliminarPues no lo conocía y me encanta lo qie has puesto del libro así qué me lo anoto para mis próximas compras.
Gracias por darmelo a conocer, cielo
Un saludazo Lou G de Gocce di Essenza BLOG
Hola preciosa mía! paso de puntillas porque lo tengo pendiente para leer. Espero que hayas disfrutado muchísimo de su lectura.
ResponderEliminarUn beso!!
Isa el Desván de las delicias